Problemas de pareja: consejos legales ante un divorcio
De un tiempo a esta parte, la estabilidad emocional de las parejas y matrimonios va en picada.
Ello puede afirmarse, entre otras cosas, por el creciente número de rupturas y divorcios que se producen año tras año. Sólo en 2015, según estadísticas oficiales, en España se produjeron más de 130.000 separaciones, para un promedio de 300 diarias, la mayoría de las cuales fueron divorcios.
Pero el fenómeno no es exclusivo de España ni de los países desarrollados. En naciones de Latinoamérica, con altos indicadores sociales, el divorcio también va en aumento.
Esto puede deberse a las disposiciones legales que al respecto han aflorado en muchas naciones del orbe. Si bien años atrás el divorcio no estaba establecido en las leyes de muchos países, hoy la mayoría lo contempla e incluso lo favorece.
Divorcios en España
En España las relativamente recientes disposiciones legislativas referentes al matrimonio puede decirse que favorecen las separaciones. Como ejemplo puede citarse la destipificación normativa de las causas del divorcio.
La legislación actual dicta que puede decretarse el divorcio con independencia de la manera en que se haya contraído matrimonio y de si hay consenso o no entre ambos cónyuges. Es decir, con solo uno que quiera la separación, ya es suficiente.
Asimismo, cuando no hay por medio hijos menores y las partes tienen mutuo acuerdo, se puede acceder a una tramitación extrajudicial del divorcio, sin necesidad de alegar causa alguna para ello.
No puede dudarse que todo esto favorece indirectamente el incremento de las disoluciones de los vínculos matrimoniales.
De ahí que los consejos legales que a continuación compartimos, pueden ser de utilidad para más de un lector.
Consejos legales
A pesar de estas nuevas “facilidades”, el proceso de separación o el divorcio puede ser lento y doloroso. Con vistas a que esto no sea así, y si estuvieras pasando por ello o piensas hacerlo, hay unas recomendaciones que pueden serte de utilidad. He consultado con abogados especialistas en divorcio express para hablar con más propiedad.
Primeramente, lo más aconsejable antes de iniciar el trámite de divorcio es reflexionar pausadamente durante un período, para ver si es posible arreglar la relación. A ese fin podrían ayudar las terapias de pareja.
¿Separación o divorcio?
Si esto no fuera posible, se puede valorar si más que un divorcio se puede tener una separación, estatus que no rompe el matrimonio y favorecería una eventual reconciliación si es lo que ambos cónyuges quieren.
No obstante, muchas veces esto no es factible, ya que la decisión de divorcio es firme por determinadas causas. En este escenario lo más aconsejable es que el proceso transcurra de mutuo acuerdo, poniendo los intereses personales de cada parte del matrimonio por detrás de los intereses de los hijos.
Esto quiere decir que lo más importante en el divorcio debe ser velar por la integridad y estabilidad emocional de los hijos menores, en aras de que se vean lo menos afectados posible por el drástico cambio que la separación de sus padres supone para sus rutinas y dinámicas.
Figura del mediador
En estos casos podría ser de utilidad la figura de un mediador, encargado de fomentar el diálogo entre los contendientes y velar por que los intereses y necesidades de cada cual estén contemplados, si fuese posible, en los acuerdos que se tomen.
El divorcio de mutuo acuerdo, judicial o extrajudicial, permite superar el esquema tradicional de los divorcios, en el que siempre hay un ganador y un perdedor, o un más y un menos afectado. Puede decirse por tanto que constituye la forma más rápida, sana y económica de disolver legalmente el vínculo matrimonial.
Sin embargo, las situaciones polémicas, definidoras de posiciones irreconciliables, marcan divorcios hostiles donde el mutuo acuerdo es una quimera.
Divorcio contencioso
Para estos escenarios el divorcio contencioso, que se inicia mediante una demanda judicial, sigue siendo la vía principal. En estos procesos se suele pujar por el cuidado de los hijos, no la patria potestad, y las dinámicas de comunicación y estancia de estos con el padre con el que no convivan diariamente.
El mejor consejo en estos procesos es comprender que cuando se tienen hijos estos deben ser los que salgan menos dañados, y por tanto hay que contender de forma tal que se respeten sus necesidades e intereses, y cuando no los hay, pues hay que ser racionales y pelear solo de forma coherente a las causas que condicionan el divorcio.